Esa es la cifra de casos registrados hasta el lunes, cuando finalizó el tiempo para presentar querellas ante un tribunal de bancarrota en el estado de Delaware (sur de EE.UU.), donde la organización juvenil estadounidense BSA se declaró en quiebra en febrero, a fin de detener todas las demandas de compensación presentadas por ex boy scouts y orientarlas hacia un fondo de indemnización.

Desde Boy Scouts of America, en un comunicado, sin confirmar las cifras, expresaron sentirse “horrorizados por la cantidad de vidas que han sufrido abusos en el pasado entre los scouts y conmovidos por la valentía de aquellos que han salido del silencio”.

“Hasta donde sabemos, ha habido 11 000 denuncias en todo el mundo contra la Iglesia católica. Creemos que los casos de boy scouts serán ocho veces más numerosos a las 17.00h de esta noche”, precisó la misma jornada Andrew Van Arsdale, miembro de un equipo de abogados que representa a las víctimas de estos abusos.

Los miles de casos de agresiones pedófilas en el seno de la organización estadounidense salieron a la luz en 2012, cuando, tras años de silencio, el periódico Los Angeles Times publicó los llamados “expedientes de la perversión”, en los que se revelaba que unos 5000 adultos voluntarios para ser jefes scouts eran sospechosos de haber cometido abusos sexuales contra los niños a los que habían cuidado. Desde entonces, se acumulan las denuncias.

Estas querellas ponen de relieve décadas de maltrato por parte de los líderes del citado grupo en EE.UU., que hasta hace poco eran percibidos como modelos a seguir, ya que, desde su fundación en 1910, supuestamente inculcaban a los menores los valores de “patriotismo, valentía e independencia”.

La violencia sexual constituye un grave problema en EE.UU., país donde se han registrado casos en las Fuerzas Armadas e incluso el presidente saliente de dicha nación, Donald Trump, ha sido denunciado por este tipo de prácticas delictivas.

HispanTV