Fatou Bensouda, la fiscal principal de la CPI, ahora tiene la capacidad de responsabilizar a Israel por los crímenes de guerra que ha cometido en Cisjordania, Gaza y Jerusalén Este. La decisión de la Sala de Cuestiones Preliminares de la CPI, que dictaminó por unanimidad que el tribunal tiene el derecho de jurisdicción en los territorios ocupados, significa que las violaciones de los derechos humanos de Israel, descritas y documentadas por innumerables informes de la ONU y de ONG, ahora pueden ser castigadas.

En respuesta a esto, Netanyahu salió a evocar el Holocausto, afirmó que los judíos están siendo castigados por simplemente vivir en su tierra y gritó que la corte era antisemita. Naftali Bennet, MK y ex ministro de guerra israelí, también opinó que la corte era una farsa, que Israel no respondería a nadie y que se ofrece como voluntario para poner su nombre en “la parte superior de esa lista” de los que serán investigados.

Peor aún fue la respuesta de algunos políticos israelíes, con el miembro de la Knesset (gobierno) israelí Bezalel Smotrich declarando en Twitter que Netanyahu debería limpiar étnicamente la aldea palestina de Khan Al-Ahmar y que cualquier otra respuesta “sería en cierto modo una admisión de la acusación de la culpa delirante del tribunal antisemita de La Haya. Lo que importa no es lo que dirán los gentiles, sino lo que harán los judíos”.

La jefa de la CPI anunció por primera vez en noviembre de 2019 que estaba abriendo una investigación sobre los crímenes de guerra cometidos en Palestina y declaró: “En resumen, estoy convencida de que se han cometido o se están cometiendo crímenes de guerra en Cisjordania, incluida Jerusalén Oriental, y la Franja de Gaza”. Pero en ese momento la CPI se vio limitada por no saber en qué territorios tendría jurisdicción. A lo que el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, respondió en ese momento pidiendo que se aplicaran “acciones concretas” y “sanciones” “contra la tribunal – sus funcionarios, sus fiscales, todos”.

Las contradicciones de Netanyahu del derecho internacional y su propia lógica

Lo primero que hay que abordar aquí es el doble rasero de Netanyahu cuando se trata de la aplicación de sanciones, campañas de presión y boicots. Cuando se trata del Movimiento de Boicot de Sanciones de Desinversión (BDS), Netanyahu lo llama antisemita y afirma que el boicot no es una forma legítima de lucha por los derechos humanos palestinos. De hecho, cuando el exsecretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, declaró al BDS un “cáncer” y lo etiquetó como “antisemita”, afirmando que Estados Unidos esencialmente boicotearía a los boicoteadores, el primer ministro israelí lo calificó de “maravilloso“. Entonces, cuando se usan tácticas de BDS contra Israel, es esencialmente similar al nazismo a los ojos del régimen israelí, pero cuando los boicots y las campañas de presión están de su lado, es “maravilloso”.

Por otra parte, este doble rasero brilló tras el anuncio del viernes, por el que el Departamento de Estado de Estados Unidos expresó una “seria preocupación“. El primer ministro de Israel saltó justo frente a una cámara y lo llamó “antisemitismo puro“, afirmando sin fundamento que la CPI está apuntando a los judíos al decidir que investigará los crímenes cometidos por un Estado. Si esta afirmación se mantiene, supongo que Arabia Saudita también podría deshacerse de una investigación, afirmando que una investigación de crímenes de guerra es de alguna manera islamofobia. Cuando se trata de delitos penales, es decir. crímenes de guerra, la identidad del criminal no es relevante si el crimen se ha cometido de hecho.

Benjamin Netanyahu afirma en su discurso en oposición a la decisión de la CPI que “[La CPI] afirma escandalosamente que cuando los judíos viven en nuestra patria, estamos cometiendo un crimen de guerra”. Para aquellos que no entienden el contexto, esto parecería una declaración condenatoria, pero de hecho, a lo que Netanyahu se refiere es al reconocimiento de la corte de que los asentamientos ilegales son ilegítimos a los ojos de la ley. Para Netanyahu, los asentamientos de Cisjordania son parte de Israel, pero incluso entiende que ningún otro país del mundo, incluido ahora Estados Unidos desde que Biden asumió el cargo, reconocerá la “legitimidad” de los asentamientos. De hecho, Netanyahu ni siquiera anexaría los asentamientos a Israel oficialmente porque entiende que a los ojos del mundo entero, esto es ilegal.

Luego afirma que cuando el “Israel Democrático” se defiende de “terroristas, que asesinan a nuestros hijos, disparan cohetes en nuestras ciudades, estamos cometiendo otro crimen de guerra”. La primera parte de esto, donde afirma que Israel es una democracia, es disputada por la organización número uno de derechos humanos de Israel, ‘B’Tselem’, que dice que Israel no es un estado democrático sino un régimen de apartheid.

Luego, cuando se trata de la afirmación sobre terroristas, matanza de niños israelíes y cohetes de ciudades, solo tenemos que mirar las estadísticas de la guerra de 2014 en Gaza. Durante el conflicto de 2014, Israel mató a 2.202 palestinos, incluidos 526 niños, mientras que las facciones de resistencia con base en Gaza mataron a 6 civiles israelíes (uno de ellos de nacionalidad tailandesa) y solo 1 de esos civiles era un niño. Israel tenía armas de precisión, lo que significa que sabía lo que estaba golpeando. Hamas, PIJ, PFLP y otros en el lado palestino no tenían municiones guiadas y no tenían idea de si los cohetes que disparaban alcanzarían sus objetivos previstos o no. Si observa cualquiera de las escaladas entre Gaza e Israel, las estadísticas muestran consistentemente que Israel mata a más civiles y que Israel es quien elige cuándo aumentar las tensiones.

En aras del argumento, supongamos que Netanyahu nos estaba diciendo la verdad y que era el lado palestino el agresor y el que cometía la mayor parte de la matanza. Esto todavía no significa que Israel pueda salirse con la suya cometiendo crímenes a cambio de aquellos cometidos contra él. Además de esto, Israel se describe a sí mismo como un estado democrático y un país de derecho, entonces, ¿por qué está actuando de manera tan irracional cuando está sujeto a los estándares por los que desea ser juzgado?

Además de los puntos mencionados anteriormente de esta cuestión, Hamás también está ahora sujeto a una investigación por crímenes de guerra por parte de la CPI. Sin embargo, el grupo que Israel nos hace creer que son terroristas locos, ha acogido con satisfacción la decisión de la CPI y dice que apoya todas las investigaciones, incluida su propia conducta. En otras palabras, Hamás está más abierto a una investigación de crímenes de guerra que Israel.

El primer ministro israelí también evoca el Holocausto y afirma que la CPI se creó para detener atrocidades contra personas como el pueblo judío, aludiendo a que la corte abrió el camino a otro genocidio de los judíos. Bueno, investigar los crímenes de guerra sancionados por el Estado no es un genocidio y evocar el Holocausto aquí no tiene sentido porque llevar a las personas ante la justicia por crímenes es solo un castigo estándar, nadie debe recibir un trato especial en este sentido y un Estado castigado por crímenes de guerra no significa de ninguna manera que se está allanando el camino al genocidio, de hecho, detiene tales atrocidades. Su encuadre de la historia, intentando pintar la imagen de que la CPI fue creada para proteger a Israel, en última instancia no tiene sentido porque Israel nunca fue firmante del Estatuto de Roma, ni ha sido nunca un Estado miembro de la CPI.

Sin embargo, Netanyahu no terminó allí, luego pasó a la táctica de ‘whataboutery’, alegando que la CPI debería investigar primero a Irán y Siria. Sin embargo, en los casos de Irán y Siria, vemos claramente que las devastadoras sanciones aplicadas a ambos países indican claramente que ambos han sido severamente castigados, sin que ningún tribunal haya tenido que investigar casos individuales para que este castigo se haya repartido. Quizás el punto más contraproducente que hizo el primer ministro israelí fue afirmar que se está señalando a Israel, utilizando a sus enemigos jurados Irán y Siria como ejemplos de países que deberían ser reprendidos e investigados. Porque estos son dos de los países que han recibido algunos de los peores castigos de la tierra.

Desafortunadamente para Israel, su enfoque para combatir la CPI solo está cavando un hoyo más profundo a los involucrados en crímenes de guerra. Las respuestas dadas son casi suficientes para mostrar a cualquier observador racional que se está comportando como si fuera culpable.

Fuente: Palestinahoy