La organización aprobó la propuesta el domingo, en los medios israelíes se había informado días antes.

Se espera que la junta directiva tome una decisión final después de las elecciones generales de Israel en marzo.

Según se informa, la propuesta del JNF prioriza la expansión de los asentamientos en el Valle del Jordán, la ocupada Jerusalén, el bloque de asentamientos Gush Etzion en el sur de Cisjordania y en el área de South Hebron Hills.

Según los medios israelíes, el grupo no construirá nuevos asentamientos, sino que ampliará los ya existentes.

La “expansión” de los asentamientos existentes, a menudo mucho más allá de sus fronteras originales, es una artimaña que Israel ha utilizado durante mucho tiempo en un esfuerzo por minimizar las críticas internacionales a su colonización de la tierra palestina.

Además, las “compras de tierras” por parte de organizaciones de asentamientos israelíes en Cisjordania son frecuentemente fraudulentas.

Si bien la medida del JNF se presenta como un “cambio de política importante” en los medios israelíes, es coherente con su agenda histórica.

Desde su creación en 1901 por Theodor Herzl, el fundador del movimiento sionista para colonizar Palestina, el JNF tenía un objetivo fundamental: adquirir tierras palestinas para uso exclusivo de judíos.

Tierra robada

La organización ayudó a limpiar étnicamente a los palestinos de sus tierras para construir colonias solo para judíos.

El JNF pretende poseer aproximadamente el 15 por ciento de la tierra en el Israel actual. Esta tierra está reservada para uso exclusivo de judíos, a pesar de que gran parte de ella fue robada a palestinos.

El JNF a menudo intenta hacer un lavado verde de su colonización de la tierra palestina como administración ambiental.

Es notorio que planta bosques sobre las ruinas de las aldeas palestinas para borrar su presencia.

Debido a su papel en la limpieza étnica y el racismo, activistas de todo el mundo han estado haciendo campaña para que el JNF sea despojado de su condición de beneficencia, que utiliza para recaudar donaciones deducibles de impuestos.

El periodista israelí Barak Ravid informó que la última medida del JNF fue impulsada por el lobby de los asentamientos israelíes.

Los líderes de los colonos apuntan a más del doble del número de colonos judíos de aproximadamente 400.000 a un millón en el Área C, el 60 por ciento de la Cisjordania ocupada que permanece bajo el dominio militar israelí completo.

El JNF siempre ha trabajado para colonizar tierras en toda la Palestina histórica, tanto en Israel como se estableció en 1948 como en los territorios que ocupó en 1967, ya sea directamente o a través de grupos de fachada.

En respuesta a un artículo del diario israelí Haaretz, el JNF dijo que “ha estado operando a lo largo de los años, y aún lo hace, de manera transparente, en todas partes de la tierra de Israel, incluidas Judea y Samaria”.

Judea y Samaria es el nombre que Israel usa para la Cisjordania ocupada con el fin de fabricar un reclamo pseudobíblico sobre la tierra palestina.

Todos los asentamientos de Israel en la ocupada Cisjordania, incluida Jerusalén Oriental y los Altos del Golán de Siria, son ilegales según el derecho internacional y se consideran un crimen de guerra.

En respuesta a los planes del JNF, el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, dijo que la administración estadounidense cree que “es fundamental abstenerse de medidas unilaterales que exacerben las tensiones y socaven los esfuerzos para avanzar en una solución negociada de dos estados”.

La administración de Biden mantiene la política de Trump

Si bien esto puede parecer más crítico que la administración Trump, no representa un cambio sustancial.

Cuando los periodistas lo presionaron, Price se negó deliberadamente a calificar de ilegales los asentamientos de Israel, como lo habían hecho históricamente las administraciones estadounidenses durante décadas, incluso si no tomaron ninguna medida para detenerlos.

En cambio, Price apoyó el cambio de política de noviembre de 2019 de la administración Trump declarando que los acuerdos no violan el derecho internacional.

La administración Biden parece no menos decidida que Trump a proteger a Israel de las consecuencias de sus acciones.

Después de que el fallo de la Corte Penal Internacional a principios de este mes abriera el camino para una investigación de los crímenes de guerra israelíes en Cisjordania y la Franja de Gaza, incluida la construcción de asentamientos, el gobierno de Biden no escatimó palabras sobre su oposición a tal investigación.

Mientras tanto, Israel ha seguido demoliendo casas y estructuras palestinas a un ritmo acelerado.

En los últimos meses, las fuerzas israelíes destruyeron y se apoderaron de estructuras de la comunidad ocupada de Khirbet Humsa en Cisjordania varias veces.

Israel demolió y se apoderó de más de 60 estructuras en la comunidad y desplazó por la fuerza a 175 personas, más de la mitad de ellas niños, durante febrero, según documentación de la ONU.

Todo esto es parte del esfuerzo a largo plazo de Israel para cambiar por la fuerza la demografía en el área (limpieza étnica) y garantizar una mayoría judía en preparación para la anexión.

Ali Abunimah contribuyó con el reportaje.

(Publicado en Intifadaelectronic.net)

Fuente: Palestinahoy