El presidente sirio, Bashar al-Asad, y su esposa, Asma al-Asad.

“El presidente Bashar al-Asad y su esposa, Asma al-Asad, retoman desde hoy su trabajo tras haber cumplido la cuarentena, superado los síntomas de la COVID-19 y dado negativo en una prueba PCR”, se lee en un comunicado oficial​​​ emitido hoy por la Presidencia del país árabe.

A principios de este mes en curso, la oficina de la Presidencia siria anunció que el mandatario y la primera dama habían dado positivo por el nuevo coronavirus, causante de la COVID-19.

La nota dijo que ambos se encontraban en condición “estable” y que respetarían una cuarentena domiciliaria de entre dos a tres semanas por motivos de seguridad y para evitar nuevos contagios.

Siria ha registrado, hasta la fecha, 18 638 casos positivos y 1247 muertos por causa de la pandemia, según las últimas cifras oficiales.

Además de enfrentar un conflicto de una década con los grupos armados y terroristas respaldados por el Occidente y sus aliados regionales, Siria es objeto de las sanciones “inhumanas” e “inmorales” de Estados Unidos y los países europeos que obstaculizan la lucha contra la pandemia.

Irán y Rusia, aliados del Gobierno sirio en la lucha contra el terrorismo, han denunciado en los círculos internacionales los embargos occidentales contra Siria, advirtiendo que agravan el sufrimiento de los civiles, además de que prolongan la crisis humanitaria que azota al país levantino, devastado por guerra.

Desde el inicio de la pandemia la República Islámica de Irán ha enviado varios cargamentos de ayuda humanitaria a Siria, incluidos equipos médicos y medicinas para combatir el coronavirus.

HispanTV