Desestabilizar, vulnerar la democracia, e intervenir son entre muchos otros los objetivos que siempre se han planteado el Imperio, el sionismo y sus lacayos contra aquellos gobiernos que no se alinean a las políticas de las potencias mundiales, más aun tratándose de los que se encuentran en América Latina, una historia de más de un siglo de intervención, en sus afanes golpistas, fascistas, de racismo y apartheid, mucho más si se trata de aquellos gobiernos progresistas, aquellos a los que no han conseguido someter o como son llamados  el supuesto “Eje del Mal”, caso Cuba, Venezuela, Nicaragua y ahora obviamente Bolivia tras haber recuperado la democracia eligiendo nuevamente con más del 55% al partido del presidente que el imperio, quiso pulverizar, tras el Golpe de Estado contra Evo Morales el 2019.

Hoy los planes de desestabilización, de injerencia, de vulneración a la democracia en su política intervencionista de los Estados Unidos; así como de la Unión Europea nuevamente se permean en Bolivia, primero a raíz, del viaje y la entrevista con Luis Almagro (OEA), que tuvieron los del oficialismo, el pasado 22 de abril, cuando Senadores y diputados de Comunidad Ciudadana (CC) y de Creemos, se ausentaron del país andino, sin ninguna autorización, y en plena pandemia del Coronavirus, rumbo al país del norte para como lo señalan muchos analistas responde nuevamente a directrices y la confabulación con miras a un nuevo Golpe de Estado.

Y segundo, se suma la reciente denuncia del presidente del Parlamento Andino, Adolfo Mendoza, quien advirtió que algunos representantes de la extrema derecha europea que forman parte del Partido de ultraderecha español Vox, intentan desestabilizar al gobierno boliviano, incluyendo en la agenda del Parlamento Europeo el tratamiento de la detención de la expresidenta de facto Jeanine Áñez, la que se encuentra en la cárcel desde el pasado 13 de marzo, la que está siendo juzgada  por una denuncia penal por siete delitos cometidos entre el 8 y el 12 de noviembre de 2019, cuando se autoproclamó presidenta de la Cámara Alta, luego de la Asamblea Legislativa Plurinacional y después como mandataria del Estado, y obviamente la que tiene que pagar si existe Justicia todos los delitos que se le acusan; pues el régimen de Añez, generó las masacres y las muertes de personas inocentes en Senkata, Sacaba, y otras, donde murieron más de 37 personas inocentes, más de 833 heridos y el que dejó más de1504 presos de la dictadura.

Es en ese sentido que no debemos olvidar la participación de los Estados Unidos y la Organización de los Estados Americanos (OEA) con Luis Almagro al frente para apoyar  el Golpe de Estado, llamado “Golpe Fascista en Bolivia”[1], título del libro de Luis Alberto Echazú, Golpe que ha sido tildado de “retroceso” para toda América Latina, como lo ha aseverado el filósofo, historiador Enrique Dussel Ambrosini[2], quien en sus varias conferencias ya señaló que la interrupción de la democracia en Bolivia estaba respaldada por un grupo de pentecostales evangélicos que apoya a Luis Fernando Camacho, quien profesa una ideología fundamentalista de un cristianismo sectario evangélico pentecostal, el mismo que junto a Carlos Mesa, mandaron a sus legisladores  en el tal mencionado viaje a Estados Unidos, para entrevistarse con el uruguayo Luis Almagro, secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), el que ha sido cuestionado y  denunciado por varias organizaciones como el Parlamento de América del Sur (Parlasur), la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), entre muchas otras por su complicidad de las masacres cometidas por el régimen de facto de Jeanine Añez (2019, 2020) y sus colaboradores.

Además de ello, se encuentra su confabulación con la oligarquía , luego de tramar la historia del “fraude”, cuando en realidad dos investigaciones internacionales independientes refutaron el informe de la OEA que preside Luis Almagro; pues “Nadie pudo demostrar irregularidades sistemáticas ni extendidas sobre el escrutinio” [3] en las elecciones del 20 de octubre en Bolivia, porque Evo Morales triunfó por poco más del diez por ciento de los votos respecto al candidato opositor Carlos Mesa y cumplió con el requisito constitucional para evitar la segunda vuelta y ser proclamado presidente, toda una manipulación denunciada demostrando el rol de Almagro en el golpe de Estado.

No cabe duda, que éstas acciones del oficialismo derechista, las que tienen una política racista, discriminatoria, colonialista, fascista hacia los originarios, nuevamente confabulan los entramados de un nuevo Golpe de Estado; el Parlamento Europeo y la OEA así lo están demostrando; pues nunca se pronunciaron cuando masacraron al pueblo y asesinaron a gente inocente, dicen ser los máximos representantes de la democracia y de la libertad, pero por contrapartida con esta actitud e injerencia, siguen considerando que  América Latina sigue siendo su colonia.

Sin embargo; también está en preguntarnos si es que se ha aprendido de todo el sufrimiento que se ha vivido; pues tenemos memoria y se está construyendo la historia, porque no se quiere ser nuevamente “Patio trasero a fuerza de Golpes de nadie”.

Sdenka Saavedra Alfaro (Escritora, Periodista, e Investigadora Boliviana radicada en la República Islámica de Irán)

[1] Luis Alberto Echazú Alvarado “Golpe Fascista en Bolivia”. Editorial Liberación. La Paz, Bolivia, 2021.

[2] Profesor Emérito de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), docente del Departamento de Filosofía de la Unidad Iztapalapa, México.

[3] Nicolás Lantos, "Bolivia: investigaciones advierten sobre el rol de Almagro en el golpe de Estado"; 14 de nov.2019.