La diplomacia y el Derecho diplomático surgieron en el seno mismo de la civilización, “sistematizados” después de la edad media más aun con la consolidación de los Estados Nación, dichos instrumentos emergieron para evitar las guerras y el intervencionismo, en otros términos, la diplomacia fue consolidada para anteponer la paz en vez de la guerra.
Roberto Chambi Calle [1]
Las historia misma ha sido testigo de que todos los esfuerzos de los actores; así como la instauración de estos instrumentos jurídicos internacionales como la Convención de Viena sobre el Derecho Diplomático o el Derecho de los Tratados sean la base fundamental para que los actores internacionales utilicen la razón, la sabiduría y no la fuerza ni las armas; pues el axioma “pacta sunt servanda” debería haber sido el vector de los sujetos internacionales y no la intimidación, la amenaza o la guerra a la hora de firmar acuerdos.
Hoy con todo el avance y la consolidación de las normas jurídicas muchos sujetos internacionales (Estados, Organizaciones Internacionales, Personas naturales) patean el tablero de la paz en un mundo que no es eterno, ya que más importante que sus disputas es la sobrevivencia del planeta, porque mediante la imposición de sus voluntades, por la fuerza, la amenaza o la intimidación, la humanidad y la tierra están muriendo.
Quienes aún van peleando por sus miserias materiales -por ej., EEUU- aun no son conscientes que nuestro hogar tiene fecha de expiración, a tal fin deberían ser los principales actores del establecimiento de unas relaciones internacionales de paz y respeto, así como ser conscientes que su presencia “imperial” y su poder militar bélico no es eterno.
Después de la última Guerra Mundial el imperio estadounidense no ha descansado en su afán de seguir estrangulando a los países que no se alineaban y no seguían su guión de paz; por lo tanto, difícilmente podían contarse entre sus preferidos y “amigos”.
EEUU no solo tiene el poder militar para amenazar, sino también casi todas las organizaciones internacionales que orbitan a su alrededor; así por ejemplo Naciones Unidas y todos sus organismos actúan tibiamente cuando se trata de juzgar e incriminar los actos criminales del tío Sam, recientemente la Asamblea General de Naciones Unidas votó en contra del bloqueo a Cuba; ¿Estas buenas intenciones han servido de algo?
Las declaraciones de amor -Resoluciones de la Asamblea General- son cantos de sirenas, hemos sido testigos de la “política” destructiva estadounidense contra Cuba, Palestina, Corea del Norte, Venezuela o Irán, quienes han sufrido de manera directa los embates de su intolerancia y arrogancia cuando sus órdenes no eran obedecidas.
Durante más de 62 años se viene estrangulando a Cuba en frente de todos. Los “amigos” del imperio ven desde el palco como se abofetea, se escupe y se pisa a un esclavo que no obedece.
Venezuela otra de sus víctimas, hoy está siendo pulverizada, ya que el único interés de EEUU es el petróleo de uno de los países que tiene la mayor reserva en el mundo y que con tal de arrebatárselo inventa guiones de teatro incluido arlequines como Guaidó o los falsos positivos.
EEUU y sus huestes nunca descansan con tal de controlar y someter a las naciones, pues si no se arrodillan son invadidos en nombre de la paz, y frente a ello no hay ningún Derecho Humano que valga; ya que ellos son los que redactaron junto con su club de amigos la Carta de San Francisco y la de Derechos Humanos de 10 de diciembre de 1948.
Como dicen nuestros maestros con el imperio difícilmente se podría conversar; pues a todo acuerdo que se llegue sea un tratado, convenio o pacto si es que no encaja en sus deseos, éste lo desecha y lo tira al excusado del baño…Así lo hizo con el acuerdo 5 más uno de 2015 cuando en la era de Obama se acordó levantar las sanciones a Irán con tal de que reduzca el enriquecimiento de uranio, los persas obedientes y de buena fe lo firmaron celebrando “el triunfo” en las calles de Teherán.
La alegría duro poco, pues con la llegada de Trump dicho tratado fue tirado al basurero, de nada sirvieron los mecanismos, así como las sanciones que se mencionaban en el mismo para su cumplimiento; pues para éste el acuerdo de Viena: (PIAC, siglas del Plan Integral de Acción Conjunta) era “ridículo, demencial y ruinoso”.
El Gobierno del “ala moderada” y de la “gestión diplomática eficiente”, se cayó de un plumazo cuando EEUU junto con sus halcones europeos impusieron sanciones más duras y arteras contra el país persa, a tal nivel que en plena pandemia del coronavirus miles de enfermos terminales de cáncer, sida y demás al no poder contar con medicamentos e insumos médicos -los cuales debían ser importados- se veían imposibilitados, muriendo como moscas frente al imperio estadounidense inhumano.
Frente a todo este escenario, el nuevo presidente iraní elegido el 18 de junio Ibrahim Raisi, no se inmutó frente al enemigo diciéndole sin pelos en la lengua que “EEUU debe levantar todas las sanciones, y debe regresar y cumplir con sus obligaciones”, su postura no solo fue para el imperio; sino para sus halcones; ya que también dijo: “Los europeos no deben dejarse influir por la presión estadounidense y deben actuar de acuerdo con lo que han prometido”, siendo clara la postura de los persas respecto al tablero de la hegemonía mundial, así mismo y de manera cortante y firme dijo que “NO” se reunirá con Biden, ni aunque sean levantadas las sanciones; sin duda la política exterior del país de los ayatolas rayará un nuevo escenario en las relaciones internacionales, las cartas están echadas y seguro sabremos los resultados cuando el 5 agosto el “ultraconservador” Ibrahim Raisi tome la punta de lanza desde Oriente Medio contra Washington y su club de amigos en el mundo.
Roberto Chambi Calle
[1] Jurista, teólogo , y analista en Relaciones Internacionales, “Al-Mustafa”International University,Qom,Irán