“Muhammad (la paz y las bendiciones sean con él) fue un hombre que enfrentó una situación absolutamente desesperada. Casi en toda la Península Arábiga, la gente se mataba constantemente entre sí en interminables y desesperados enfrentamientos debido a sangrientas venganzas, cayendo rápidamente en una vorágine de violencia y guerra. Sintió que esta sociedad estaba dirigiéndose hacia un abismo. Solo él les dio esperanza. Durante 23 años, trajo paz y nuevas esperanzas a Arabia y se convirtió en un nuevo faro para el mundo entero”.
“Fue a advertir a la gente de La Meca y sus alrededores y a su propia tribu, los Quraish, de que si ellos, unidos, no comenzaban a crear una sociedad más justa y digna: cuidar a los pobres, a los huérfanos, las viudas, los oprimidos… se produciría una terrible catástrofe. Él trajo a la gente un mensaje moral, ético y social: todos somos iguales ante Dios, y debemos tratarnos bien, con compasión, empatía y justicia.”
Sobre el yihad. Extracto del libro “Muhammad: La historia del Profeta”
“En Occidente, Muhammad (la paz y las bendiciones sean con él) a menudo es retratado como una especie de líder militar supremo, blandiendo una espada para expandir el islam por la fuerza de las armas. La realidad fue completamente diferente. El Corán comenzó a instar a los musulmanes de Medina a participar en el yihad. La raíz de la palabra “yihad” implica más que “guerra santa”. Significa esfuerzo físico, moral, espiritual e intelectual. En árabe, hay muchas palabras para la lucha armada: harb (guerra), sira`a (lucha), ma’araka (batalla) o qatl (muerte causada), que el Corán bien podría haber utilizado si la guerra fuera el principal medio para lograr las metas. En cambio, eligió una palabra menos específica y mucho más ambigua con una amplia gama de matices: yihad.
El yihad no es uno de los cinco pilares del Islam. Contrariamente a la creencia popular en Occidente, este no es un pilar principal de la religión. La dedicación a la lucha en todos los frentes – moral, espiritual y política – ha sido y sigue siendo el deber de los musulmanes. Están llamados a crear, de acuerdo con el propósito de Dios, una sociedad justa y digna en la que los pobres y los débiles no sean explotados. La acción militar puede ser necesaria a veces, pero es solo una pequeña parte del yihad o lucha. Según la famosa tradición (hadiz), Muhammad (la paz y las bendiciones sean con él) al regresar de la batalla, dijo: “Estamos regresando de un pequeño yihad a un gran yihad”, una lucha más difícil y decisiva para derrotar a las fuerzas del mal en nosotros mismos y en nuestra sociedad, en todas las pequeñas cosas de la vida cotidiana. Los musulmanes respetan los motivos pacificadores de la predicación de Jesús (la paz sea con él), pero admiten que a veces es necesario usar la fuerza. Si no existiera una lucha armada contra los tiranos y los regímenes inmorales, el mal abrumaría el mundo entero”.
“La mayoría de los cristianos estarán de acuerdo con este concepto de guerra justa, reconociendo que el único medio eficaz contra Hitler o Ceausescu era la oposición contundente y la lucha armada. En lugar de ser una religión pacifista que pone la otra mejilla, el islam lucha contra la injusticia. Quizás el musulmán siente que es su deber sagrado proteger al débil y al oprimido. Esta es su respuesta constante a los ideales del Corán.”
Sobre el Profeta y Jadiya (que Dios esté complacido con ella)
“Muhammad (que la paz y las bendiciones sean con él) siempre insistió en que él no era una persona divina, y siempre advirtió a sus seguidores que no le hicieran lo que los cristianos le hicieron a Jesús (la paz sea con él): tras haberlo exaltado, empezaron a decir que era una deidad. Él era una persona común y los musulmanes lo sabían. Pero afirman que Muhammad (la paz y las bendiciones sean con él) es una persona perfecta y mejor. Si miras a Muhammad (la paz y las bendiciones sean con él), entenderás cuán perfecto lo creó el Creador.
Muhammad (que la paz y las bendiciones de Dios sean con él) siempre ha estado del lado de la protección de los derechos de la mujer. Cuando la amada esposa de Muhammad (la paz y las bendiciones sean con él), Jadija (que Dios esté complacido con ella), posiblemente debilitada por las dificultades, murió, fue un golpe muy fuerte para él. Creo que la extrañó toda su vida.”
Sobre el Corán:
“… Muhammad (la paz y las bendiciones sean con él) se sintió completamente envuelto en la presencia divina. (En la primera revelación) Dijo que un ángel lo tenía en un fuerte abrazo, y sintió como si todas las fuerzas fueran expulsadas de su cuerpo. Y la voz le dijo: “Lee”. Y Muhammad dijo: “No sé leer”. La voz dijo de nuevo: “Lee”. Y luego lo apretó con tanta fuerza que fue simplemente insoportable, y Muhammad (la paz y las bendiciones sean con él) sintió las primeras palabras inspiradas de la nueva escritura en árabe, que salieron de sus labios. Y el islam vino al mundo … Dondequiera que mirara, Yibril (la paz sea con él) estaba en todas partes. No era solo una imagen angelical, sino también una presencia, un ser, un poder. Así es como Dios asombroso, maravilloso, completamente extraordinario e indescriptible, nos hizo conocerlo …
El Corán es el discurso más hermoso y sorprendente. Ninguna traducción a otro idioma puede transmitir su esencia, porque (el Corán) fue revelado en el idioma árabe. Cuando los primeros musulmanes escucharon el Corán, aceptaron plenamente el mensaje del Profeta (la paz y las bendiciones sean con él) de corazón”.