EFE/ Ettore Ferrari

"No podemos permanecer indiferentes ante el drama de las viejas y nuevas pobrezas, de las soledades más oscuras, del desprecio y de la discriminación de quienes no pertenecen a 'nuestro' grupo", cita el canal Vatican News el llamado que el Santo Padre hizo durante la homilía en la Misa celebrada en la Plaza de San Pedro con motivo de la 105 Jornada Mundial del Migrantes y Refugiados.

Según el Pontífice, los cristianos no pueden permanecer insensibles ante "la miseria de tantas personas inocentes".

"El Señor nos pide que pongamos en práctica la caridad hacia ellos; nos pide que restauremos su humanidad, a la vez que la nuestra, sin excluir a nadie, sin dejar a nadie afuera", aseveró.

Destacó que se trata sólo de migrantes, sino también de "todos los habitantes de las periferias existenciales que, junto con los migrantes y los refugiados, son víctimas de la cultura del descarte".

El papa Francisco pidió reiteradamente a la comunidad internacional que ayuden a los migrantes que abandonan su tierra natal debido a las guerras y los conflictos armados en busca de una vida mejor.

Europa es escenario de la crisis migratoria más grave desde la Segunda Guerra Mundial, causada por los conflictos armados y problemas económicos en el Oriente Medio y África del Norte.

Según el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU, el número total de migrantes en el mundo aumentó en 51 millones de personas en los últimos nueve años y ascendió a 272 millones.

La Organización Internacional para las Migraciones informó el 13 de septiembre que entre el 1 de enero y el 11 de septiembre del año actual, 55.918 migrantes y refugiados entraron en Europa por mar y 929 murieron al intentar llegar a las costas europeas.

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