Además de algunos textos que dan marco a fotografías, buena parte de las imágenes hablan por sí solas de la desolación y devastación que en algo más de 7 años acabó con la vida de más de 500.000 sirios, cientos de miles de heridos (en ambos casos mayormente civiles) y millones de desplazados y refugiados.

Pero también hablan de vida; resistencia, valor, coraje y el heroísmo de sobrevivir y luchar entre los escombros de una guerra que, sobran evidencias, fue generada por Estados Unidos y sus aliados occidentales.

El material que nuestros lectores ven en esta página es un anticipo de una muestra del autor que incluirá fotografías y un video y que será expuesto en salas e instituciones de Argentina y otros países de América Latina.

Matías Quirno Costa es docente, fotógrafo profesional y fotoperiodista. Actualmente realiza tareas freelance y encabeza su propio estudio de fotografía, Enfocarte, en el sur de Argentina.

Estudió en Universidad Nacional del Comahue (Patagonia argentina), actualmente reside en la ciudad de San Martín de los Andes, provincia de Neuquén, y es desde hace muchos años lector de América XXI.

Sobre la foto de portada, el autor refiere: “La tierra debe haber estado muy caliente para que tanta gente haya arriesgado su vida al cruzar el Mediterráneo (diría Oscar Camps). Esto es Homs. Así quedaron muchos de los barrios. La mayor parte de la ciudad fue recuperada por el ejército sirio en 2014, pero recién en 2017 se reconquistó por completo”.

“Conversé con personas que nacieron, vivieron, combatieron y ahora intentan poco a poco volver a una vida “normal”. Los recuerdos y los fantasmas vagan por las calles de Homs”, reflexiona Quirno Costa. “Devastación física, psicológica, emocional, económica. Enorme resistencia del pueblo sirio!”, afirma el autor.

Homs es la tercera ciudad más importante de Siria después de Damasco y Alepo. Hasta 2011, cuando estalló la guerra, tenía una población de casi un millón de habitantes. La ciudad es la capital de la gobernación (provincia) de Homs, localizada al oeste del país.

Homs era una ciudad industrial situada junto al río Orontes, a 140 km al norte de Damasco. Su lugar estratégico como centro carretero y ferroviario y como sede de industrias de refinamiento de petróleo, metalúrgica, procesamiento de remolacha azucarera, textiles y joyería, fue determinante para que sea actualmente la población más destruida por la llamada guerra de Siria. Hoy, está devastada.

Fue la ciudad preferida por los grupos mercenarios (llamados por occidente “opositores al régimen”) financiados por Estados Unidos y sus aliados. La estrategia era dominar Homs para avanzar desde el norte y el oeste contra Damasco.

Para cuando fue reconquistada por el Gobierno sirio, la ciudad contabilizaba más de 13.000 muertos y había disminuido a menos de un tercio de quienes vivían al comienzo de la guerra. Actualmente residen unas 300 mil personas.

Como refiere Quirno Costa -que en años anteriores trabajó en los campos de refugiados en Grecia y otros lugares de Europa- Homs y otras ciudades son un doloroso ejemplo de por qué millones de sirios salieron de sus pueblos buscando un sitio donde establecerse.

“Cada uno de estas personas que conocí aquí, en los campos de refugiados de Lesbos, en Idomeni, han sentido estos mismos sonidos de ataques durante muchas noches, durante muchos días. Deseo profundamente que se acabe esta guerra”, agrega.

Video: en viaje desde Damasco a Homs.

Video: Ciudad de Homs

(Foografías y videos cedidos gentilmente por Matías Quirno Costa. Textos: Adrián Fernández con citas del autor).

Fuente: América XXI