El Gobierno de Paraguay se sumó al de Argentina al declarar el Hizbulá como "organización terrorista". Brasil ya anunció su intención de seguir el mismo camino. El analista Galeb Moussa dijo a Sputnik que las resoluciones se tomaron "sin pruebas" y en virtud de una "extorsión" desde EEUU e Israel.
El lunes 19, el Gobierno de Paraguay publicó el decreto N° 2307, en el que calificó como "organizaciones terroristas internacionales" a Hizbulá y Hamas, equiparándolas en la misma normativa con ISIS y Al Qaeda (ambas proscritas en Rusia).
En el decreto, el Gobierno paraguayo asegura que la medida apunta a "prevenir y combatir el extremismo violento". En rueda de prensa el lunes 19, el ministro del Interior paraguayo, Juan Ernesto Villamayor, apuntó que la declaración implica para Paraguay "reforzar la tarea de los organismos de prevención del terrorismo" en la frontera e incrementar el control en el "flujo de divisas".
La medida fue saludada rápidamente por el Departamento de Estado de EEUU a través de su titular, Mike Pompeo. "Este importante paso ayudará a cortar la capacidad de estos grupos para plantear ataques terroristas y recaudar dinero en todo el mundo, incluso en el hemisferio occidental", apuntó.
El Gobierno de Israel también elogió el posicionamiento. En el acto protocolar de presentación ante el presidente Mario Abdo Benítez, el nuevo embajador israelí, Yoed Magen, manifestó: "Apreciamos enormemente el decreto que se firmó y se publicó hace dos días en el cual el Gobierno de Paraguay designa a dos entidades terroristas como Hamas y Hizbulá que tanto nos afectan, que tanto nos amenazan como organizaciones de terror".
La postura adoptada por Paraguay no está aislada en la región. El 18 de julio de 2019, la misma fecha en que se conmemoraron 25 años del atentado contra la sede de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), el Gobierno argentino publicó un decretoque incluía a Hizbulá en un nuevo Registro Público de Personas o Entidades Vinculadas a Actos de Terrorismo (Repet).
Recientemente, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, expresó públicamente su intención de recorrer un camino similar. "Sí, puedo (declarar a Hizbulá como terrorista). Tengo la intención de hacerlo. Y ellos son terroristas", dijo, según cita del Portal G1.
El mandatario argumentó que su Gobierno maneja "informes" de que la organización tiene vínculos en la 'triple frontera' que Brasil comparte con Paraguay y Argentina.
Declaraciones "sin pruebas"
En diálogo con Sputnik, el analista internacional Galeb Moussa fue contundente: "Pruebas para declarar a Hizbulá como organización terrorista no tiene nadie".
Según el analista, la postura adoptada por los gobiernos de Macri, Abdo Benítez y Bolsonaro no es el fruto de iniciativas propias sino de "imposiciones que les hace EEUU e Israel".
"¡Oh, casualidad! Los países que se suman a esta ola son en los que EEUU e Israel están teniendo mucha influencia", sostuvo el analista.
Según Moussa, estas potencias presionan a los países suramericanos "mediante la extorsión del dinero" para impulsar declaraciones de este tipo.
El analista apuntó que el enfrentamiento de los "países hegemónicos" con Hizbulá obedece a que se trata de "una organización político-militar que le ha traído muchísimos dolores de cabeza a Israel porque no lo ha dejado entrar al Líbano y es un escudo contra la invasión israelí que siempre está latente en el Líbano".
En la misma línea, sostuvo, existe un "rencor" hacia la organización chiíta del Líbano producto de sus victorias militares ante Israel y EEUU en la frontera del Líbano.
"Es imprescindible que esta organización sea tratada como terrorista para frenarla, para que le quiten las armas, condenarla y que no sea un obstáculo para el camino que tanto EEUU como Israel tienen trazado para Medio Oriente", afirmó.
Si bien enfatizó que los posicionamientos de Argentina y Paraguay, y uno eventual de Brasil, no generan una problemática para el Gobierno del Líbano o para la propia Hizbulá, Moussa advirtió sobre la posible "persecución religiosa" que favorece en estos países suramericanos.
En Argentina, por ejemplo, mencionó la detención de dos jóvenes de ascendencia musulmana que fueron encarcelados 22 días sin pruebas suficientes y debieron ser liberados. Asimismo, señaló la problemática que puede generarse en Paraguay o Brasil, con colectividades libanesas mucho más grandes.