El general iraní Qassem Soleimani falleció este jueves en un ataque de misiles que tuvo lugar en la capital de Irak, Bagdad, informa Reuters citando a un representante de las Fuerzas de Movilización Popular (FMP), una coalición de grupos paramilitares proiraníes. Otra víctima del bombardeo fue el jefe de la organización, Abu Mahdi al Muhandis.
Desde las FMP, aseveran que detrás del ataque están Washington y Tel Aviv.
"El enemigo estadounidense e israelí es responsable de matar a los muyahidines Abu Mahdi al Muhandis y Qassem Soleimani", cita Reuters al vocero de la agrupación, Ahmed al Assadi.
El general Soleimani fue un actor clave para la derrotia del grupo terrorista ISIS en Siria e Irak. Fue el gran estratega y encargado de la seguridad de Irán y del eje de la resistencia, conformado por Siria, Irak, Líbano (Hezbollah), Irán, Palestina y Yemen.
Hay fuentes que confirman que al menos siete personas, cinco de ellas miembros de Al-Hashad Al-Shabi, han muerto, mientras 12 soldados y varios civiles han resultado heridos en el nuevo ataque, el segundo en menos de una semana.
Las fuerzas populares iraquíes hospedaban “importantes invitados” en el aeropuerto de Bagdad y habían llevado a dos de ellos en los vehículos que fueron golpeados. Al-Hashad Al-Shabi ha tildado el ataque de “un cobarde ataque estadounidense”.
Las explosiones han activado las sirenas del recinto del aeropuerto. Aún se desconoce el autor de este nuevo crimen en Irak, sin embargo, los helicópteros estadounidenses siguen sobrevolando la zona que alberga los centros diplomáticos y gubernamentales en Bagdad.
Irak vive momentos difíciles en los últimos días todo por culpa de EE.UU., país que sin haber presentado la mínima prueba de la implicación de Al-Hashad Al-Shabi en un ataque lanzado el viernes contra una de sus bases en la ciudad iraquí de Kirkuk (norte), EE.UU., bombardeó el domingo varias bases de la Resistencia iraquí en la provincia de Al-Anbar (oeste).
Ante tal coyuntura, los iraquíes enfurecidos por la matanza de más de 25 uniformados iraquíes, atacaron el martes la embajada norteamericana y pidieron la expulsión de todos los funcinarios estadounidenses del país, tal y como había pronosticado Al-Hashad Al-Shabi.
La coalición Al-Fath, una de las facciones políticas con mayor representación parlamentaria iraquí, ha considerado el ataque a la embajada estadounidense una respuesta adecuada a la agresión a fuerzas populares de Irak.
Scott Anderson, un exdiplomático de la embajada de Estados Unidos en el país árabe, a su vez, consideró el miércoles el ataque contra las fuerzas populares como un error estratégico del presidente de EE.UU., Donald Trump.
Las unidades de Al-Hashad Al-Shabi han desempeñado un papel crucial en la lucha contra el grupo terrorista ISIS (Daesh, en árabe) y su erradicación de Irak. Hoy en día, las fuerzas populares son las garantes más importantes para impedir el resurgimiento de los extremistas takfiríes.
De hecho, el resurgimiento de Daesh ante la ausencia de las fuerzas populares, allanaría el camino para la permanencia de las fuerzas extranjeras en el país rico en reservas petrolíferas y de gran importancia geopolítica; dos puntos difíciles de ignorar por un poder imperialista como EE.UU.