Hace veintiséis años, el 25 de febrero de 1994, el colono ilegal sionista Baruch Goldstein, un médico estadounidense-israelí, abrió fuego contra cientos de musulmanes que realizaban la oración de la madrugada en un día de Ramadán en la Mezquita del Profeta Ibrahim Al-Jalil (P), en el sur de la ciudad de la Ribera occidental de Hebrón/Al-Jalil.
Después de varios minutos de disparos, 29 fieles fueron asesinados y cientos de otros resultaron heridos antes de que las personas pudieran vencer al asesino y acabar con su vida.
Ese mismo día, los soldados israelíes mataron a otros 21 palestinos que salieron a las calles en los territorios ocupados para protestar por la masacre en Hebrón.
En lugar de tomar medidas contra los colonos judíos extremistas que viven en la ciudad palestina ocupada de Hebrón, particularmente en la colonia ilegal de Kiryat Arba, donde vivía Goldstein, las autoridades israelíes castigaron a los palestinos.
Después de la masacre, el ejército israelí dividió la Mezquita Ibrahimí en dos sectores: Los colonos judíos y los visitantes tienen acceso exclusivo a más de la mitad del sitio, incluidos todos los jardines circundantes.