El pasado jueves, John Yoo, uno de los abogados que escribió un memorándum defendiendo los métodos de interrogatorio, incluido el simulacro de asfixia, en las cárceles secretas de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) bajo la Administración del expresidente George W. Bush, se reunió con el inquilino de la Casa Blanca, Donald Trump, informó el mismo abogado el domingo al diario local The Hill.

En una descripción ofrecida por Yoo tras el encuentro celebrado en el Despacho Oval de la Casa Blanca, Yoo calificó a Trump como “optimista y enérgico” y “no paranoico u oscuro”, si bien se negó a detallar de qué hablaron en la cita.

Ya con anterioridad, el abogado había revelado el 20 de julio al diario británico The Guardian que asesoró a los funcionarios de la Casa Blanca sobre cómo Trump podría extender sus facultades y gobernar por decreto, emitiendo órdenes ejecutivas sobre una amplia gama de cuestiones. Efectivamente, dio consejos para que el presidente norteamericano pudiera pasar por alto al Congreso e imponer sus propias políticas.

Ese polémico asesoramiento se produce a medida que constitucionalistas y activistas pro derechos humanos siguen alertando sobre el despliegue ilegal, ordenado por Trump, de fuerzas de seguridad federales en ciudades como Portland, Seattle, Chicago, Kansas City, Albuquerque y Washington D.C., para detener y reprimir a manifestantes antirracistas.

“El hambre dictatorial por el poder es insaciable. Si alguna vez hubo un tiempo para la desobediencia civil pacífica, ese tiempo está sobre nosotros”, alertó al respecto en su día, Laurence Tribe, profesor de la Universidad de Harvard.

Entretanto, se le critica a Trump por su determinación para redoblar su campaña de “ley y orden” (su lema electoral) contra los manifestantes. De hecho, varios activistas han alzado la voz, advirtiendo que la gestión de las protestas por el presidente republicano “tiene menos ley y más orden”.

El Gobierno estadounidense ha recurrido al uso de fuerza para reprimir las protestas a tres meses de las elecciones presidenciales de noviembre en las que Trump busca la reelección. Solo entre junio y julio del año en curso, el Departamento de Seguridad Nacional de EE.UU. gastó cerca de 1,3 millones de dólares en armas menos letales, gases lacrimógenos y otros suministros para reprimir a los manifestantes que protestan contra el racismo sistémico y la violencia policial.

Fuente: Hispantv