El presidente Jair Bolsonaro advirtió este lunes que las Fuerzas Armadas son las que definen si hay democracia o dictadura en Brasil, luego de haber sido derrotado políticamente con la aprobación de la vacuna china y el inicio de la inmunización contra el coronavirus en San Pablo y no a nivel nacional.
El presidente Jair Bolsonaro advirtió este lunes que las Fuerzas Armadas son las que definen si hay democracia o dictadura en Brasil, luego de haber sido derrotado políticamente con la aprobación de la vacuna china y el inicio de la inmunización contra el coronavirus en San Pablo y no a nivel nacional.
Ante el desastre en la gestión de la pandemia, cuyo último capítulo fue el colapso sanitario en le ciudad amazónica de Manaos por falta de oxígeno, Bolsonario volvió a refugiarse en la reivindicación de los militares.
Además, el presidente ultraderechista despreció la ayuda de oxígeno de su par venezolano, Nicolás Maduro, para la ciudad de Manaos, con el argumento de que “en Venezuela comen perros”.
“La vacuna no es de un gobernador, es de Brasil”, aseguró Bolsonaro en referencia al paulista Joao Doria, su exaliado, quien hizo un acuerdo para adquirir la CoronaVac, del laboratorio chino Sinovac, la única vacuna presente hoy en Brasil, con 6 millones de dosis.
En diálogo con seguidores en la puerta del Palacio de la Alvorada, Bolsonaro cometió un fallido al comentar la aprobación del ente regulador Anvisa, de las vacunas CoronaVac y la de AstraZeneca-Oxford, que aún dependen del envío de 2 millones de dosis de un laboratorio indio, una negociación que encaró él mismo personalmente.
“Pese a la vacuna, pese no…Anvisa aprobó y no se discute más. Habiendo disponibilidad en el mercado, vamos a comprar e ir atrás de contratos que firmamos para que lleguen más vacunas. Es la vacuna de Brasil, no es de ningún gobernador”, dijo.
En paralelo, Bolsonaro volvió a desentenderse de la crisis humanitaria que se vive en Manaos, capital de Amazonas, con la falta de oxígeno y culpó a los “estados y municipios” por sus situaciones sanitarias:
Con un cinismo absoluto dijo: “Un día van a decir que faltan curitas en Río de Janeiro y me van a culpar a mí”.
El ultraderechista además minimizó la ayuda en forma de tubos de oxígeno que están siendo enviados por el Gobierno de Venezuela por 1500 kilómetros de ruta a través de la selva amazónica y lanzó una serie de ataques: “Si Maduro quiere proveer oxígeno para nosotros, lo recibiremos sin ningún problema (…) Dicen que Maduro tiene gran corazón y, si mide dos metros y pesa 200 kilos, debe ser un corazón grande”.
Como durante toda su carrera política, Bolsonaro volvió a decir que “hay quienes quieren llevar a Brasil hacia el socialismo” y, en ese sentido, afirmó que él, como excapitán del Ejército, y el resto de los militares, son los garantes de la democracia.
“Nosotros los militares somos el último obstáculo al socialismo. Quien decide si un pueblo va a vivir en democracia o dictadura son sus Fuerzas Armadas. No hay dictadura donde las Fuerzas Armadas no la apoyan”, subrayó según el video divulgado por bolsonaristas en la puerta de la residencia presidencial.
No es la primera vez que Bolsonaro reivindica a los militares, su injerencia en la política e incluso la glorificación del golpe militar de 1964, señalandolo como “parte de la saga por la libertad del pueblo brasileño”.
Más recientemente llegó a exaltar la tortura y “pedir una radiografía” para demostrar que la expresidenta Dilma Rousseff tenía la mandíbula rota durante las sesiones de tortura que sufrió cuando estaba detenida bajo la dictadura.